COLOMBIA: LA ENCRUCIJADA LATINOAMERICANA DE LA TRANSICIÓN INTERSISTÉMICA
Autor: Lic. Juan Manuel Garayalde
MEMORANDUM ARGENTINA
Correo Electrónico: garayalde@memorandum.com.ar
Encuentro Nacional de Estudios Estratégicos.
Escuela de Defensa Nacional
Buenos Aires
23,24 y 25 de Octubre de 2000
INTRODUCCIÓN
Hay momentos en la historia que marcan el futuro de un sistema político. Hay momentos que influyen en la percepción de las élites dirigenciales, produciendo un cambio en sus objetivos y condicionando la dirección y la proyección de sus decisiones implicando a su vez a terceros y a sucesivos hechos posteriores. Momentos en la historia como la caída del Imperio romano, el descubrimiento de América, la Revolución Francesa, y más cercanos en el tiempo, el tratado de Yalta o la caída del muro, son todos acontecimientos cuya proyección temporal cambió el rumbo de los sistemas políticos que cayeron bajo el influjo de esos hechos.
La crisis colombiana es hoy un remolino que amenaza cambiar el rumbo del Sistema Político Latinoamericano. La solución a su crisis será uno de esos hechos que cambiarán para bien o para mal el Sistema Político Latinoamericano, pero así como Colombia no volverá a ser la misma después de la solución que se le de al conflicto, tampoco Latinoamérica podrá sustraerse a "un antes y un después" de la crisis colombiana.
Si la solución pasa por la intervención norteamericana, todo seguirá como en los tiempos de la "guerra fría", cuando bajo la guía de la geopolítica elaborada por Nicholas Spykman, Estados Unidos buscó imponer sus políticas a todo el continente; sería perpetuar el "destino manifiesto". Si se buscara una alternativa que dependiera más de la autonomía de decisión de los países de la región, se podría especular con un antecedente legal y hasta una piedra basamental de una nueva proyección en las políticas latinoamericanas para con su propio continente.
La solución a la crisis colombiana marcará un precedente a la forma de resolver la cuestión del narcoterrorismo, flagelo que heredará el siglo XXI. Brindar respuestas al problema, que constituye la crisis que desintegra el Estado colombiano, es responsabilidad de los países de Latinoamérica, y evitarlo, constituirá un error que dejará su marca en este proceso de transición a un nuevo reparto del poder mundial.
El presente trabajo indaga dos aspectos:
las estrategias que ha desarrollado Estados Unidos durante la "guerra fría" en relación a Latinoamérica, los replanteos a los que ahora se enfrenta y su búsqueda de apoyo para legitimar una intervención en lo que constituye su actual hipótesis de conflicto: la narcoguerrilla colombiana
posibles alternativas técnicas para la dirigencia latinoamericana que requerirían una fuerte decisión política necesaria para cambiar la geopolítica regional tradicional. En concreto, el trabajo propone la creación de un Sistema de Seguridad Latinoamericano ( SI.SE.LA. ), que tendría como objetivos, en primer lugar dar una solución pronta a la crisis colombiana y, en segundo lugar, la integración militar, económica, cultural y finalmente política de los países de América Latina.
Colombia es la primera víctima, dentro del continente americano, de las consecuencias que ha generado en varios estados, la "era de la globalización". Si nadie da respuestas a la cuestión de la narcoguerrilla - ya sea por la indiferencia de los países latinoamericanos y/o las dudas por parte de Estados Unidos en intervenir sin ninguna razón de peso que lo legitime - la crisis creará un remolino mayor que será ya imposible de dominar y que terminará por hacer zozobrar todos los países débiles que componen el sistema Latinoamericano, que hoy le dan la espalda a una de las más graves amenazas que afronta la sociedad.
PARTE I:
ESTADOS UNIDOS Y SU "DESTINO MANIFIESTO"
Para comprender el papel que hoy juega Estados Unidos en la crisis colombiana, es necesario describir cuál ha sido la importancia que históricamente el país del Norte le ha dado a Colombia en distintos períodos de este siglo, lo que nos permitirá entender el por que de la preocupación actual por dar una solución al problema de la narcoguerrilla en Sudamérica.
En el siglo XX, Estados Unidos transitó tres períodos de cambios en el diseño de su geopolítica:
1 - Período donde formula una geopolítica continental ( 1898 - 1941 ).
2 - Período donde formula una geopolítica planetaria ( 1942 - 1991 ).
3 - Período del "fortalecimiento regional" ( 1991 - 2000 ).
1 - El primer indicio de preocupación por parte de Estados Unidos, de su situación estratégica en el continente americano, se da bajo el gobierno del presidente James Monroe, época en que se especulaba que la "Santa Alianza" organizaría una expedición para restaurar el colonialismo español en Latinoamérica.
En diciembre de 1823, en un mensaje presidencial anual, el presidente Monroe formulará los aspectos esenciales de su política exterior:
América debe estar excluida de todo proceso colonizador.
Estados Unidos declara su no ingerencia en los asuntos europeos.
En consecuencia, Europa debe abstenerse a intervenir en el continente americano.
Más adelante estos postulados, pasarán a la historia como la "Doctrina Monroe", que será malinterpretada y finalmente se convertirá en sinónimo del "imperialismo norteamericano" sobre América.
La primera víctima del expansionismo estadounidense, fue México, pero la proyección más nítida se produce con la guerra con España en 1898, y con la expansión de sus gigantescas empresas por todo el Caribe y norte de la región sudamericana.
El Almirante Alfred T. Mahan, precursor de la apertura del Canal de Panamá, es uno de los primeros pensadores en geopolítica en EUA, que formula la necesidad de desarrollar una flota para ejercer control en la región. La razón se debía a la posición bi-oceánica del país, y a la necesidad de construir un centro geopolítico en América que lograra equilibrar la centralidad europea. Por tal motivo, EUA debía realizar su "destino manifiesto", el cual significaba en palabras simples: la política de injerencia sobre toda América.
En esta etapa, la política exterior norteamericana, era aislacionista desde el punto de vista mundial, pues trataba de hacerse fuerte desde dentro para lograr equilibrar desde una posición estratégica afianzada, la fuerza centrípeta que significaban las acciones de las potencias europeas.
2 - El segundo período se ubica en el año en que Estados Unidos entra en la Segunda Guerra Mundial, a causa del ataque japonés en Pearl Harbor.
El profesor Nicholas Spykman, uno de los pensadores geopolíticos más importantes del siglo, escribe en 1942 el libro "Estados Unidos frente al Mundo", el cual regirá, y rige aún como principio, la política internacional de Estados Unidos durante la guerra fría.
Spykman llama a su país a abandonar el aislacionismo frente a los acontecimientos mundiales que se desarrollaban en el viejo continente. Sin conocer el futuro resultado del conflicto, diseña un tramado de alianzas y objetivos que debería desarrollar Estados Unidos si deseaba tener un papel destacado en la lucha por el poder político mundial:
a ) Apoyando la geopolítica británica del equilibrio europeo, Spykman aconseja tener como aliado a Gran Bretaña y continuar con su política.
b ) La culminación de la Segunda Guerra Mundial, traería a los Estados Unidos nuevos desafíos, y estos estaban en el rimland ( borde terrestre ); el cual está constituido por: Norte de África, Asía Menor, la península arábica, Irán, Irak, Afganistán, Japón, China, India, Indochina y Corea.
El rimland es un cordón uniforme que comprende tres zonas marítimas
( mar Mediterráneo, Océanos Índico y Pacífico), y donde la presencia de occidente sólo tenía características coloniales, y por lo tanto carente de la influencia de la cultura occidental.
c ) En plena guerra con Japón, de manera visionaria, Spykman propuso que al finalizar la guerra, se realizara una alianza con el país nipón para contrarrestar la influencia de China en la región.
Este autor, no se equivocó con el papel que el rimland jugaría en la "guerra fría". Ello quedó demostrado con la Revolución China, la guerra de Corea y de Vietnam, el enfrentamiento con Irán, el surgimiento de Khadaffi en Libia, la invasión de la URSS en Afganistán, etc.
Aunque Estados Unidos tuvo más derrotas que victorias en esa región, su victoria final sobre la URSS, se debió a consecuencia de los problemas económicos internos de su rival.
d ) Siguiendo el pensamiento de sus predecesores, Spykman apoyaba la necesidad de consolidar el dominio sobre el territorio americano, y para ello, la zona debía ser dependiente de su política económica, y debían entre sí ser reacios a todo intento de construir bloques regionales, para que entre ellos prevalezca la desconfianza y el desarrollo de hipótesis de conflicto entre países limítrofes.
Aunque esta política funcionó, y sigue funcionando de manera ejemplar, no se previó la mutación de la revolución de Fidel Castro en Cuba, que terminó incorporándose al bloque soviético.
Estados Unidos tuvo en aquellas largas décadas en las que transitó el conflicto este-oeste, mayores preocupaciones en Europa y en Asía. En América las soluciones al surgimiento de movimientos subversivos, se realizaron de manera cruenta y rápida, pero, la culminación del conflicto había dejado un cuadro muy diferente al concebido por los sucesivos gobiernos estadounidenses:
a - La finalización de la "guerra fría" dejó un panorama desolado en los países latinoamericanos, donde su población se vio afectada por las crisis económicas dentro de modelos de desarrollo deficientes. La consecuencia inmediata fue el rechazo hacia la política norteamericana que había sido orientadora de distintas políticas económicas en la región.
b - La violación de los derechos humanos durante las dictaduras militares en Latinoamérica, produjeron descontentos por el apoyo que Estados Unidos brindó a las mismas ( con el argumento de detener el avance del comunismo ).
En consecuencia, el "patio trasero" se hallaba deteriorado y con pocas posibilidades de recomponerse a corto plazo y, muchos veían a Estados Unidos como responsable de ello.
3 - El tercer período que comprende el desmembramiento de la URSS y la guerra del golfo, muestra un panorama diferente en el sistema político internacional.
Aunque en apariencia, Rusia esté relegado a ser una potencia de segundo orden, EUA se preocupa actualmente de aislarla estratégicamente y al mismo tiempo "ayudarla" en su traspaso al sistema democrático, con ingredientes de la economía de libre mercado.
Mientras que en Europa, la alianza estratégica entre Gran Bretaña y Estados Unidos sigue en pié, la OTAN expande su influencia.
En tanto, la evolución de la región del rimland, constituye una incógnita para todos: El conflicto árabe israelí, los movimientos fundamentalistas antisistema en Argelia y Egipto, Saddam Hussein e Irak, Khadaffi en Libia, Irán y su fobia a los Estados Unidos, la amenaza nuclear entre India y Pakistán, la narco-guerrilla afgana , Japón y su crisis económica, la situación tensa entre Corea del Sur y Corea del Norte y por supuesto, la enigmática China y su eterno devenir como incógnita amenazante para el mundo occidental.
Por si todo esto sea poco, a todas estas posibles hipótesis de conflicto que Estados Unidos debe encarar - si desea mantener su liderazgo en el mundo occidental -, se suma una vieja pero cada vez más peligrosa amenaza para el triunfador de la "guerra fría" en su propia y supuesta zona de influencia: el trafico de drogas y la narcoguerrilla en Sudamérica.
El término narcoguerrilla es definido en cuanto a la evolución que ha tenido la guerrilla colombiana desde el punto de vista de su base de poder, o sea, los cimientos sobre los que se sustenta. Anteriormente, la guerrilla surge apoyándose en grupos del sector más radicalizado del partido Liberal, luego es respaldado por Estados extranjeros ( URSS, Cuba ) y en la actualidad, el crecimiento y expansión de la guerrilla - fundamentalmente de las FARC - en el territorio colombiano, a ocupado territorios donde se explota el negocio de la droga, lo cual ahora constituye una fuente importante de su financiamiento.
Hoy la guerrilla protege, en ciertos sectores, la producción y comercialización de la droga en Colombia, pero esto no significa que exista una asociación entre ellos, pues el problema de la producción de droga en Colombia es mucho más profundo que la guerra que se ha estado llevándose a cabo entre el gobierno colombiano y la guerrilla.
Ahora, tomando otro interés de los Estados Unidos: frente a un mundo que se orienta hacia la creación de bloques regionales económicos, se le presenta el inconveniente de que su "patio trasero" no parece muy dispuesto a ayudarlo a conformar un bloque en toda América. Y esto se complica aún más con los problemas de fondo que sufren las sociedades latinoamericanas que no solo no hallan solución sino que se profundizan en el tiempo, como la pobreza y el aumento de la brecha de desigualdad que atentan contra la gobernabilidad.
En mi opinión, la geoestrategia norteamericana se dirige a lograr la integración regional, para hacer frente, fundamentalmente, a la Unión Europea. El objetivo es lograr un fortalecimiento interno, para no verse perjudicada en su influencia planetaria. En estos momentos EUA necesita de una Latinoamérica estable económica y políticamente.
Ningún proceso de integración regional puede ser tomado seriamente con la situación de crisis actual.
Es por ese motivo fundamental que ejerce presión sobre los gobiernos latinoamericanos para tomar medidas urgentes en la lucha contra el tráfico de drogas y la narcoguerrilla. Si bien tuvo algunos éxitos en Bolivia en un intento por limitar la plantaciones de coca, las acciones implementadas en Colombia hasta el momento, no han surtido efectos.
Hoy la hipótesis de conflicto de Estados Unidos para América Latina es la narcoguerrilla, y el primer país en la lista de donde hay que erradicarlo, es Colombia.
El problema de legitimar la Intervención
A partir de 1991, con el desmembramiento de la URSS, se puso fin a la "guerra fría" y, por consiguiente, ello implica que la legitimidad de una intervención estadounidense en el continente americano ha perdido fuerza y colaboradores circunstanciales.
Colombia, regido por un sistema democrático languideciente, constituye hoy el principal problema regional que Estados Unidos debe solucionar. Pero el resto de los países de Latinoamérica, no apoyarían un desembarco de marines para restablecer el orden interno en ese país. Sin embargo también es cierto que EUA no quiere cargar con toda la responsabilidad de una intervención aislada, por lo tanto necesita legitimarla.
Directamente, la Secretaria de Estado de EUA, Madeleine Albright, expresa en una columna periodística la necesidad de que los "amigos de Colombia", de alguna manera, "deben hacer lo suyo" en el conflicto. También, se han generado signos que apoyarían concretamente impulsar una fuerza regional bajo el consentimiento de Colombia.
Actualmente, la estrategia norteamericana consiste en enviar equipamiento militar al ejército colombiano, o sea: el mismo error que ya se cometió en China, en apoyo al líder nacionalista Chiang Kai Shek para enfrentar la guerrilla de Mao Tse-tung.
La misma estrategia se repitió posteriormente en Vietnam antes y después de la intervención, y también con la ayuda a Irak en su guerra contra Irán. Generalmente, el dinero y el armamento que se utilizaba generaban actos de corrupción dentro de las propias Fuerzas Armadas que las vendían al enemigo en el mercado negro, o las mismas fuerzas, atraídas por el discurso marxista, se pasaban al enemigo con todo el equipo brindado por el ejército estadounidense. Los resultados han sido siempre los mismos: los norteamericanos terminan enfrentándose contra sus propias armas en poder de fuerzas enemigas.
Otra estrategia que realiza EUA es la de crear un clima favorable a la intervención recurriendo supuestamente a la "opinión pública": Actualmente circulan encuestas donde los colombianos apoyarían una intervención armada para terminar con la guerra interna. Pero, aunque estas encuestas reflejen que un 80% está de acuerdo con la intervención, no pueden ser tomadas en cuenta sobre la base en que se las realiza. En un lugar donde la gente teme salir a la calle, con una economía destrozada y sumándole a esto, los comunicados de un gobierno que declara no poder derrotar a la guerrilla; sin otra solución a la vista, se elige la única solución ofrecida, y ésta actualmente es: la intervención directa de Estados Unidos.
Precisamente, el problema es que no se ofrecen opciones para la solución del conflicto, y por lo tanto, una solución alternativa debe pasar por el Sistema Latinoamericano.
La situación en Latinoamérica
Desde que los países Latinoamericanos obtuvieron su independencia, las relaciones entre ellos se ha caracterizado "por una subordinación externa en el caso de la vinculación América Latina-EUA en el ámbito del sistema, y de aislamiento interno, en lo que hace a las relaciones de los Estados de la región entre sí".
Con la finalización de la Segunda Guerra Mundial, se produjo un retroceso generalizado de la influencia británica sobre Latinoamérica, dejando a Estados Unidos un papel dominante en toda la región americana.
Durante todo el siglo XX, los países latinoamericanos han sufrido períodos de convulsión política que llevaron a las fuerzas armadas a intervenir en la vida política de la Nación. Países con una "larga" tradición - medida regional, por supuesto - de continuidad democrática, como los casos de Uruguay y Chile, no pudieron evitar tener períodos de fuerte violencia interna.
Por otro lado, la relación entre los países latinoamericanos, ha sido de desconfianza mutua. La rivalidad entre la Argentina y Brasil, constituye un ejemplo de ello.
La geopolítica desarrollada por cada uno de estos dos países, apuntaba a lograr el liderazgo regional y no la cooperación para hacer frente a desafíos comunes. Recién, en la década del ‘80, se inicia un período de distensión entre ambos, que tendrá como punto más destacado, la firma del Tratado de Asunción en 1991, que crea el Mercado Común del Sur ( MERCOSUR ) junto con Paraguay y Uruguay
Existiendo aún rigideces en la relación entre ambos países que son necesarias disminuir, cabría entonces la siguiente pregunta: ¿ Han aprendido estos países algo que se traduzca en una respuesta política conjunta ?. El Mercosur es una gran tentación a responder afirmativamente, pero ha sido tan forzada su formación, tan endeble su sustentación y tan poco trabajada la integración cultural, (lo cual cuestiona su sentido constantemente) que con solo advertir que en términos de seguridad, ambos países siguen pensando individualmente y con intereses hegemónicos de una parte sobre la otra; la respuesta es no.
La crisis colombiana
Hoy Colombia pone una vez más a prueba al Sistema Latinoamericano. Pero ésta reacciona como lo hubiese querido Spykman: sin coordinación, y sin ningún tipo de pensamiento que haga creer que efectivamente existe un sistema Latinoamericano ( su atomización es tal, que es difícil hablar de sistema ).
Hoy Venezuela desafía al Estado colombiano, diciendo que va a discutir con las FARC reconociéndole un status legal fuera de la región reconocida por el gobierno colombiano. Brasil se enoja con la Argentina porque ésta, durante el gobierno del presidente Carlos Menem, desea ingresar a la OTAN, y porque acepta además, la postura norteamericana de intervenir militarmente en Colombia, mientras que Brasil la rechaza y reacciona con recelo por no haber sido consultada. Por otro lado Perú y Ecuador parecen haber terminado sus disputas fronterizas pero con heridas tan abiertas y sensibles que aún que son propicias para una nueva infección; y finalmente el gobierno chileno, que en la actualidad afronta un desafío que pone a prueba la fortaleza y seriedad de su sistema democrático con la decisión de someter a la justicia a el general Antonio Pinochet.
En consecuencia, hoy está presente la ausencia de un diálogo entre los países sudamericanos y la falta de decisionismo para tomar una postura conjunta sobre la crisis colombiana. Esta situación deja el problema en manos de Estados Unidos, que no puede permitir que la narcoguerrilla se adueñe de un país en "su" propio continente, situación ni siquiera considerada como una posible evolución del conflicto por la dirigencia norteamericana. Para EUA eso no podrá ocurrir nunca.
Las señales que se emite desde los EUA, son claros: es un problema regional, y necesita una solución regional, dicho de alguna manera, el visto bueno por parte de los países latinoamericanos y del propio gobierno colombiano para intervenir. En palabras del Jefe del Comando Sur de los EE.UU., Gral. Charles Wilhelm:
"Pienso que los más importante es que estudiemos e investiguemos la amenaza como una comunidad de países y desarrollar una respuesta colectiva o una serie de respuestas para hacerle frente".
Frente a la inmovilidad del sistema Latinoamericano, el peligro es sentar el precedente de que la teoría de Spykman - hegemonía norteamericana y atomismo latinoamericano - continúe vigente como si el mundo no hubiese cambiado con el fin de la "guerra fría". Entonces: ¿ seguirá Latinoamérica inmutable ante los acontecimientos que afectan al Sistema Latinoamericano más preocupada por sus resquemores internos que por su conciencia de peligro en común?.
PARTE II:
LA ALTERNATIVA: El Sistema de Seguridad Latinoamericano
La situación hasta aquí descripta - atomismo decisional del sistema Latinoamericano - es lo que Spykman aconsejó que debía conseguir Estados Unidos para dominar sin preocupaciones su "patio trasero" - subordinándolos por separado a su estrategia regional - y dedicarse a las áreas que mayor conflicto creaba la "guerra fría".
Pero hoy la situación es diferente, y Estados Unidos necesita legitimar su intervención, por lo tanto, busca un apoyo conjunto, mientras los gobiernos latinoamericanos se enfrentan entre sí. Hoy, por lo tanto, Estados Unidos necesita un "patio trasero ordenado", que le permita legitimar su intervención y solucionar un problema que afecta su seguridad interior.
Existen antecedentes, como el proyecto de formar cuerpos especiales, adiestrados para luchar contra la subversión, dependiente de la OEA. Pero hoy más que nunca, Latinoamérica debe presentar una solución propia a la crisis colombiana, que amenaza con extenderse a todo el continente .
Negociación e Intervención
El sistema Latinoamericano debe abandonar las disputas internas y las rivalidades que han ayudado a que la región no se haya desarrollado propiamente.
Una primera alternativa es lograr tomar una posición definida sobre la narcoguerrilla, posiblemente a través de una mediación entre las FARC y el gobierno colombiano – algo ya solicitado por la FARC a Brasil -.
Sin embargo si los costos de la mediación son altos - dar legitimidad supraestatal a la narcoguerrilla – o no se consiguiera por costos políticos internos para cada país, se debe tomar en cuenta la necesidad de apoyar al gobierno colombiano en su lucha contra la narcoguerrilla.
Cualquiera de las dos acciones, y de resultados positivos que se obtengan, producirá una transformación en el Sistema Político Latinoamericano, que ayudaría a mediano plazo a aumentar la interacción de los países miembros en búsqueda de objetivos comunes, que los potencie económicamente y, además, permita desarrollar en conjunto tecnología militar para tener un papel importante dentro de este tema, que a largo plazo permita desarrollar un sistema de seguridad basado en arsenal bélico propio, especializado por países y con derivaciones científicas posteriores.
Lograr acordar políticas en conjunto, es un tema en el que Brasil y Argentina, deberían tomar iniciativa, y existen condiciones para que se produzca.
Tomando como ejemplo Panamá, ésta se ha visto liberada de las fuerzas norteamericanas que desde hacía un siglo estaban en el país, aunque todavía se hace oír en sectores republicanos de EUA, el rechazo a la desmilitarización del canal, argumentando que la zona es un punto estratégico importante como base para la lucha contra el narcotráfico en Sudamérica - además de la importancia estratégica del canal -.
En consecuencia, hoy Panamá estaría en la misma situación que de los países que se hallaban detrás de la "cortina de hierro", que para salir de toda influencia rusa, pidieron su ingreso a la OTAN ( que se concretó en los casos de Polonia, Hungría y la República Checa ). Hoy Panamá podría estar inclinada a formar parte de un Sistema Latinoamericano que la proteja de la ingerencia norteamericana.
Como antecedente a la organización de la seguridad del hemisferio occidental, este estaba formalmente organizado a través del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca ( TIAR ), instrumento jurídico suscripto en 1947, cuya función fundamentalmente fue la de conformar un sistema colectivo de defensa contra el ataque de naciones provenientes de otro continente. Dicho tratado, apuntaba en concreto, a la injerencia que la URSS o sus países satélites podían realizar en el continente americano. Como organismo de decisión política, a lo que el TIAR se subordinaba, actuaba la Organización de los Estados Americanos ( OEA ), a través de sus Reuniones de Consulta, se debatía sobre las posibles soluciones a las crisis suscitadas en el continente. Las resoluciones de la OEA en cuestiones de seguridad, entre 1947 y 1989, mostraron, en la mayoría de los casos, que los intereses de Estados Unidos, estuvieron por encima de toda opinión del resto de los países americanos.
" ( … ) el sistema interamericano funcionó esencialmente para favorecer los intereses de la potencia rectora del área, o sea de los Estados Unidos: el TIAR, ( …. ) no se aplicó en Malvinas, pero sí en la República Dominicana en 1965 e inclusive antes, con motivo de la crisis de los misiles con Cuba en 1962. Está claro que favorece intereses muy particulares, sin que ello signifique que no haya habido interés en el resto de los países de la región en intervenir en estas dos ocasiones. Pero evidentemente no se trataba de intereses que pudieran ser considerados esencialmente para aquéllos".
En la actualidad, la OEA, a través de las Resolución 1080 de 1991, denominada de la "Democracia Representativa", ha logrado que la democracia, en el continente americano, sea un asunto regulado por el derecho internacional, ya que fundamentalmente, resuelve:
"…..instruir al secretario general que solicite la convocación inmediata del Consejo Permanente en caso de que se produzcan hechos que ocasionen una interrupción abrupta o irregular del proceso institucional democrático o del legítimo ejercicio del poder por un gobierno democrático electo en cualquiera de los estados-miembro para, en el marco de la Carta examinar la situación, decidir y convocar una reunión ad hoc de ministros de Relaciones Exteriores, o un período extraordinario de sesiones de la Asamblea General, todo ello dentro de un plazo de diez días."
Posteriormente, en diciembre de 1992, se adopta el Protocolo de Washington, que se agrega a la carta de la OEA, y que entre otras cosas establece:
"….un miembro de las organización cuyo gobierno democráticamente constituido sea derrocado por la fuerza podrá ser suspendido del ejercicio del derecho de participación en las sesiones de la Asamblea General, de la Reunión de Consulta, de los Consejos de la Organización y de las Conferencias Especializadas."
Dichas normas se han puesto en movimiento en diversas oportunidades: Haití en 1991, Venezuela en 1992, Perú en 1992, Guatemala en 1993, y en la actualidad, nuevamente en Perú con la polémica "re-reelección" de Fujimori. Cabe agregar, que el TIAR ha dejado de ser invocado, y en cambio en el caso de Haití, fue el Consejo de Seguridad de la ONU la que decidió la intervención de una fuerza multinacional, que culminó con la destitución de la junta militar y la restitución en el poder del presidente Aristide.
Con la finalización de la "guerra fría", el sentido bajo el cual fue suscripto el TIAR dejaría de tener vigencia - desaparición de la "amenaza comunista" -, lo cual no constituye un tema de gran preocupación, precisamente, porque dicho sistema de seguridad se halla deslegitimado por la manipulación que de ella hizo los Estados Unidos, y por la incapacidad de dar respuesta a los nuevos problemas regionales. Esta desconfianza de los países latinoamericanos a consecuencia de la injerencia norteamericana en sus asuntos internos, provoca ahora un vacío jurídico - mientras no sea readaptado a los nuevos desafíos - en cuanto a la organización de un sistema de seguridad colectivo en el continente. En consecuencia, ello es negativo para hallar una solución a la crisis colombiana, el cual constituye, un problema de seguridad regional.
La decisión que tomen los países latinoamericanos de la región en el caso de Colombia, será trascendente para la transición del nuevo sistema internacional, y el tipo de sistema de seguridad latinoamericano que saldrá de ello. Colombia sentará un precedente en la región, como lo ha hecho la Guerra del Golfo en el Medio Oriente y Europa. A continuación, es nuestro propósito presentar una solución posible para la crisis estudiada.
SISTEMA DE SEGURIDAD LATINOAMERICANA
( SiSeLa )
La propuesta a realizar entonces es la de desarrollar un Sistema de Seguridad Latinoamericano (SiSeLa ) propuesta que se esboza a continuación debido a su urgente necesidad de constitución y que sugiero sea sometida a discusión, revisión y minuciosa elaboración posterior:
La necesidad de una respuesta política rápida a la implementación del SiSeLa obedece entre otros temas a:
la urgencia de la situación crítica colombiana,
el problema del narcoterrorismo y la narcoguerrilla que podrían expandirse a países vecinos de aquellos como Colombia y Perú que ya poseen el problema,
la necesidad de una respuesta contundente y consensuada entre los países latinoamericanos sobre el sistema político a seguir
la dificultad presupuestaria de las fuerzas armadas continentales para enfrentar por separado armamentos tanto o más poderosos que los estatales
lo impopular de las intervenciones foráneas y lo poco exitoso que han probado resultar en zonas de difícil acceso.
El SiSeLa estaría integrado por todos los países latinoamericanos que quieran contar con un Sistema de Seguridad Mutuo que le garantice una fuerza operacional de gran movilidad, para efectuar operaciones militares allí donde sea necesario enfrentar peligros que podrían desestabilizar la seguridad de la región.
Se designaría por cada país a dos personas, uno representante del poder político, con experiencia diplomática y otro representando a las Fuerzas Armadas que sesionarían en forma permanente en una sede a designar, la cual tendría carácter rotativo entre los integrantes por el término de un año. El representante político estaría a cargo de las decisiones y tiene a su cargo la aprobación y remoción del asesor en jefe militar propuesto por las fuerzas armadas de su país.
Se conformarían cuerpos técnicos políticos y militares designados por ambos representantes, que trabajarían en forma permanente en cada país miembro para relevar constantemente la información que el Consejo Principal requiera en caso de una crisis.
La función de los enviados sería la de discutir una agenda donde estarían especificados los objetivos políticos y militares que el poder político de cada país tenga para enfrentar los problemas regionales.
La decisión de intervención o de cualquier otro tipo de ayuda debe ser en primer lugar requerida por el o los países afectados con los tipos de riesgo interno y externo a definirse en una asamblea internacional.
Se reconoce la experiencia de los Estados Unidos en el tema y se le ofrece la función de asesor de dicho Sistema, dándosele importancia a su participación - reconociéndosele que el narcotráfico, por ejemplo, es un problema de seguridad nacional para dicho país y para la región Latinoamericana -.
El voto que cada país emite para legitimar o no medidas de intervención, deberá realizarse con acuerdo de los poderes Legislativo y Ejecutivo. Los casos particulares en que estos no estén sesionando, se resuelven por las legislaciones de dichos países.
Cuando la región esté amenazada por actividades que atenten contra los Estados, y un país - donde se origina la amenaza - rechaza la intervención, debería estudiarse si dicha intervención puede obligarse a través de una mayoría de los miembros o por unanimidad, si hay peligro para los países vecinos ( los miembros que pasarían integrar el SiSeLa deben debatir y aprobar esto previamente ).
Los países que no integren el SiSeLa, no formarán parte de la "toma de decisiones" y en el caso de que su Estado sea considerado por los miembros restantes como potencialmente inestable o amenazador para la región, los países limítrofes podrían verse forzados a militarizar sus fronteras. Este tipo de presión a mediano plazo, acompañados por otras de índole diplomática, obligará al país a integrar el SiSeLa. Cumple a su vez la doble función de crear un cerco de seguridad para con los países que comprometen sus esfuerzos y recursos hacia el SiSeLa
Estas son algunas ideas que necesitarán discutirse y revisarse, sirviendo como mero modelo introductorio a una carta orgánica.
En cuanto a los beneficios que originaría a la región:
1. Se constituye un Sistema de Seguridad que dará respuestas a las amenazas que actualmente enfrentan los Estado-Nación y contra las que no tiene respuesta individual ni conjunta.
2. Se conformará en cada país un ejército profesional, bien equipado, y permanentemente en situación de alistamiento, lo cual es beneficioso para la experiencia que tendrán las Fuerzas Armadas en las próximas décadas.
3. La colaboración entre los países integrantes del SiSeLa, ayudará a disminuir los presupuestos en investigación armamentística.
4. Estados Unidos, tendrá en una primera etapa, funciones de: a ) reconocimiento como liderazgo en el hemisferio y asesor vital; b ) proveerá material armamentístico fundamentalmente logístico y aportará la experiencia de sus militares en jefe (no soldados), lo que también reduce sus costos presupuestarios y políticos de intervenciones internacionales. Pudiendo de esta manera tener presencia en otros lugares más conflictivos y de relevancia para su política exterior; c ) le favorece al conseguir socios estables y confiables que consideran y cooperan con sus objetivos de seguridad ( control del narcotráfico ); d ) constituiría una fuerza que en un futuro podría conformar un Sistema de Seguridad Americano o, frente a una posible expansión de la influencia de la OTAN en todo el mundo, podría pasar a participar dentro de ella.
5. Sin embargo es mayor la cantidad de ventajas para Latinoamérica. El SiSeLa es el primer paso para una integración más profunda entre los Estados Latinoamericanos.
Las Fuerzas Armadas latinoamericanas estarán más capacitadas para actuar en todo tipo de terreno - un problema que no previsto en la Guerra de Malvinas que impidió homogeneizar comunicaciones entre armamentos y que aún hoy dificulta la comunicación entre fuerzas latinoamericanas, algo ya superado por la OTAN.
La transferencia de tecnología militar (como lo demuestra la historia) en este caso norteamericana, luego será aprovechada por los países miembros del SiSeLa en otras áreas de ciencia, investigación y desarrollo.
La integración entre políticos y militares sesionando permanentemente en cada país no sólo revitaliza y fortalece la función democrática de las FF.AA., sino que también crea un foro de discusión permanente con un feedback entre las diferentes visiones latinoamericanas de problemáticas que se discuten aisladamente en forma académica pero que demuestran la imposibilidad de, llegado el momento, llevar una política conjunta a la práctica.
Fortalece la idea de una necesidad de considerar problemas que atañen al conjunto de los latinoamericanos, despierta la conciencia de "grupo de pertenencia", que debe debatir constantemente los problemas regionales como propios.
Permite vislumbrar a largo plazo un avance en la autonomía decisional entre estados latinoamericanos por sobre "recomendaciones" ( léase presiones ) norteamericanas.
Viabilidad o inviabilidad del SiSeLa
La Unión Europea, para constituirse como tal, tuvo su basamento en la OTAN, un organismo de seguridad que, bajo la dirección de Estados Unidos, enfrentaron un enemigo común: la URSS. La Europa occidental abandonó sus eternas hipótesis de conflicto por una que amenazaba a todos en su conjunto, que era la expansión de la ideología soviética en una Europa destrozada por la guerra. El primer paso para la Unión Europea fue la conformación de un sistema de seguridad, en el cual no hubo ningún tipo de replanteo ideológico, sino una necesidad urgente, vital para la supervivencia del sistema democrático. De forma inmediata suspendieron las rivalidades que por siglos enfrentaron a los países europeos, para conformar una "subordinación estratégica" con EUA para defenderse del expansionismo soviético.
En mi opinión, a largo plazo los europeos comenzaran a replantearse esa "subordinación estratégica", que, con la conformación de la Unión Europea, se trataría de alcanzar un objetivo de gran relevancia para la evolución de un nuevo sistema internacional: derrocar al dólar como moneda hegemónica del sistema financiero internacional, y reemplazarlo por la nueva moneda europea: el EURO.
¿ Qué es lo que hoy ocurre en Latinoamérica ?. A pesar de que hay un proyecto de integración económica, como lo es el Mercosur, que muestra una evolución acorde el proceso de la Unión Europea y el Nafta, se halla presente la posible amenaza de expansión de la narcoguerrilla y el narcoterrorismo colombiano, que como problema, hasta el momento, ha recibido una tibia atención por parte de los países de la región. Por este sólo hecho, es necesario que los gobiernos de Latinoamérica , tomen la iniciativa de:
1 ) mediar en el conflicto colombiano y preveer un segundo paso si esto fracasa,
2 ) desarrollar el SiSeLa, conjuntamente con el apoyo estadounidense, para terminar con las amenazas regionales actuales y potenciales.
Este sería el primer paso para desarrollar una fuerza regional compuesta por ejércitos de todos los países, ampliamente operativa, con bases en todo el territorio sudamericano. De este paso derivará una interacción entre los países, dando paso a una integración militar, cultural y social que finalmente reforzaría la integración económica.
¿ En que se beneficiaría Estados Unidos ?. A corto plazo termina con su actual hipótesis de conflicto: disminuiría el tráfico de drogas a su país, o por lo menos, sería eliminada la amenaza guerrillera, existiendo mayor margen de maniobra para combatir a los traficantes de droga. A largo plazo, permite que Latinoamérica, constituya un "patio trasero ordenado" donde gracias a una unión, a mediano plazo se incentiva un mercado común en todo el continente.
El mundo marcha hacia una regionalización económica y militar, por lo que Estados Unidos necesitará hacer del continente americano, una región que apoye sus iniciativas, pero para ello los países latinoamericanos deberán abandonar sus hipótesis de conflictos, sus rivalidades económicas y las iniciativas individualistas que fomenten un sistema atomizado.
El nuevo ROL de LAS FUERZAS ARMADAS Latinoamericanas
Tanto en Argentina como en otros países latinoamericanos, se agrega un problema más para la viabilidad de la implementación de un Sistema como el SiSeLa: la hipersensibilidad de la clase política a la participación activa de las Fuerzas Armadas en temas de defensa interior.
No solo se esgrimen temores por actitudes pasadas calificadas comúnmente como "golpistas" sino que además en algunos países no cesa una actitud hostil por lo que se consideran violaciones a los derechos humanos y en otros casos, por corrupción emparentada con el poder político. Hoy las Fuerzas Armadas latinoamericanas sufren una crisis de identidad que se profundiza ante una "opinión pública" esquiva (cuando no abiertamente hostil) y con presupuestos en defensa que se han reducido considerablemente. Para la nueva amenaza en ciernes del narcoterrorismo, esta situación constituye uno de los problemas más urgentes por resolver por parte del sistema político de los países latinoamericanos.
Hoy, por ejemplo, el ejército colombiano esta desmoralizado y corrompido, afectada la moral de la fuerza, y sin esperanzas por revertir la situación ya que el gobierno declara públicamente que "no puede vencer la guerrilla". Aquí es donde comienza a peligrar, no ya las Fuerzas Armadas en si, sino la Nación entera, porque peligra la identidad de la Institución, y por consiguiente, el sentido para el cual fueron creadas: defender a la Nación.
Esta situación se ha repetido en otros períodos de la historia del siglo XX, como los casos de Vietnam y de China enfrentando a los ejércitos comunistas, que se veían a si mismos como los "salvadores de su patria". Las deserciones en los bandos nacionalistas de los países mencionados - corrompidos, hartos de una guerra sin fin y sin una "causa" que lo identifique - fue algo muy común. En aquel entonces, la guerrilla marxista-leninista utilizaba el arma psicológica, definida como el "arte de la descomposición, la ciencia de la discordia, la técnica de la disgregación", constituyendo un movimiento "moral" contra las fuerzas dirigidas por los Estados amenazados.
Hoy, ese "arte de la descomposición, ciencia de la discordia, técnica de la disgregación", siguen presentes con otros medios: el fabuloso poder económico del narcotráfico, ofreciendo soluciones más "tangibles y tentadoras" que el rol que la ideología cumplió en décadas pasadas. Se minan las bases de la representatividad del sistema político a través de la corrupción y se dispone de recursos para crear ilusiones de "soluciones rápidas" a la creciente brecha de pobreza en Latinoamérica. Por otra parte, la población excluida del sistema económico es lamentablemente la candidata más propicia para una nueva clientela sin poder de compra pero potencialmente adicta a la falsa ilusión creada por la droga.
También es necesario reconocer de una vez por todas que las fuerzas policiales de seguridad se ven sobrepasadas tanto en poder de fuego como en la logística por las fuerzas relacionadas con el narcotráfico.
Es necesario por lo tanto, que si se desea implementar un Sistema de Seguridad Latinoamericano, en primer lugar tener Fuerzas Armadas motivadas y con la concientización de que la misión que deberán desarrollar en el siglo XXI, puede implicar una reformulación de su visión : enfrentar las fuerzas que buscan minar la legitimidad del sistema político operando y protegen el tráfico de drogas.
Pero con este tema también se estarían solucionando problemas más de fondo.
se daría un sentido más concreto al tan mentado "nuevo rol" de defensa de las fuerzas armadas del continente
se daría un sentido más concreto al tan mentado "nuevo rol" de defensa de las fuerzas armadas del continente.
se contaría con fuerzas más profesionales y capaces de trabajar conjuntamente al homogeneizar normas de comunicaciones.
se mejorarían las perspectivas presupuestarias para defensa a nivel país, ya que se compartirían y repartirían actividades por regiones o países.
se reinsertarían las fuerzas armadas en la sociedad latinoamericana impulsando vínculos más estrechos entre los países integrantes, por las características del "espíritu de cuerpo".
se evitaría la espera de decisiones de seguridad para Latinoamérica producidas "desde afuera", ya que el continente contaría con su "propia policía local".
la región avanzaría en la eliminación de hipótesis de conflicto.
CONCLUSIÓN
En el mundo de la globalización, de las organizaciones económicas regionales, en el mundo en que los países o grupos determinados reclaman la intervención de fuerzas multinacionales para restaurar la justicia contra élites que desencadenan un terrorismo de estado; finalmente, en un mundo que comienza a dejar en el pasado la "guerra fría" y comienza a replantearse el papel de las fuerzas multinacionales, el papel de la ONU, y el papel de Estados Unidos como garante del "nuevo orden mundial", Colombia puede ser para Latinoamérica lo que la "Guerra del Golfo" significó a Europa.
El Sistema Latinoamericano puede con el SiSeLa, dar el primer paso para entrar con el pie derecho en el nuevo orden internacional que se está gestando. Para ello deberán abandonarse las hipótesis de conflicto, propias de su historia post-independentista, para dar lugar a un proceso de integración social, cultural y finalmente económico.
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